miércoles, 6 de mayo de 2015

Capítulo 8: "Nada tiene sentido"


Fran llegó a Madrid. Cuando el taxi le dejo en casa de Isabel se sentía nervioso al pensar en pedirle una segunda oportunidad. Tenía miedo de que Isabel no quisiera volver con él por verse como un segundo plato. Podía parecer que la decisión de Fran era por no quedarse solo pero la realidad era que lo que sentía por Isabel era muy fuerte y su corazón había estado mintiendo a su razón con Eloisa.

Antes de abrir la puerta Fran escuchó la voz de un hombre. Intrigado decidió abrir la puerta sigilosamente y acercarse hasta el lugar donde estaba ese hombre. Estaba en el salón conversando con Isabel. Fran se escondió tras un mueble y siguió escuchando.

Estaban hablando de Fran. Isabel le estaba contando al hombre que Fran seguía creyendo que el hijo era suyo. Ambos reían. Fran cayó al suelo derrumbado. Isabel, la que creía mujer de su vida, estaba con otro hombre y el hijo que esperaba no era de él sino de aquel hombre.

Fran sentía haber probado de su propia medicina. Al final quien había estado engañado era él y para colmo el hijo que esperaba no era suyo y dudaba también de serlo del de Eloisa. En menos de una semana se había dado la vuelta a la tortilla. Engañado por todos los lados Fran entendió que realmente el dolor que creía estar haciendo lo estaba recibiendo en sus propias carnes.

Fran salió de la casa y se dirigió a un hotel. Allí no hizo más que llorar y pensar lo mal que iba a ir su vida a partir de ese momento. En un momento dado sonó su telefono. Era de la compañía aérea para la cual trabajaba. Le pidieron llevar un avión con pasajeros a Tokio debido a que el piloto que debía llevarlo estaba enfermo. Fran aceptó.

Era de día ya en Tokio cuando Fran aterrizó ese vuelo procedente de Madrid. Tomó un coche en la misma pista del aeropuerto que le serviría para salir de allí y dirigirse a un hotel. Por el retrovisor se quedó mirando con extrañeza el avión en el que había viajado. Había estado al mando de un avión que no era el suyo. Estaba en una ciudad que no era la suya. Al igual que estaba al mando de una vida que no quería suya. Fran iba en línea recta hacía un muro del recinto. Se desabrochó el cinturón y comenzó a acelerar cada vez más...

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