Fran estaba en Nueva York y tenía que volar a Madrid. Era el día idóneo para encontrarse con Isabel, ya que era ella la mujer con la que tenía que hablar. Fran había decidido quedarse con Eloisa.
Fran llegó de noche a su casa de Madrid. Al entrar en la casa pudo ver que Isabel se había quedado dormida en el sofá. Fran esbozó una sonrisa de ternura al ver a Isabel dormida y creyó que no sería conveniente despertarla y menos aún para comunicarle su decisión así que espero al día siguiente.
Cuando Fran se despertó Isabel estaba en la cocina preparando el desayuno. Cuando esta le vio fue corriendo a saludarle pero Fran la detuvo y rompió a llorar.
Ambos se sentaron y Fran tomó la palabra. Comenzó pidiéndole perdón por todo lo que había hecho mal y confesó que no había otra mujer en su vida. Le explicó casi punto por punto cada sentimiento que tenía por Eloisa. Isabel no podía parar de llorar y cuando Fran pareció terminar, le abrazó. Le dijo que comprendía lo difícil que era mantener una vida estable siendo piloto y aceptó que ambos se divorciaran. Fran se sorprendió y le prometió a Isabel que cuando estuviera en Madrid cuidaría del niño y que le enviaría una pensión cada mes. Además de eso Fran quiso que Isabel se quedará la casa de Madrid.
Fran respiró aliviado pero era consciente de que no había sido del todo sincero con Isabel al no contarle que Eloisa también estaba embarazada.
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